El suelo urbano y el suelo urbanizable son dos términos fundamentales en el ámbito de la planificación urbanística. Aunque a simple vista pueden parecer similares, presentan diferencias esenciales que es importante conocer para entender cómo se desarrolla el urbanismo en una determinada zona.
El suelo urbano es aquel que cuenta con todos los servicios e infraestructuras necesarios para la edificación y el desarrollo de actividades urbanas. Por lo general, se encuentra completamente urbanizado y se destina a la construcción de viviendas, comercios, zonas verdes, entre otros. Por su parte, el suelo urbanizable es aquel que, aunque no está preparado para la edificación en el momento actual, cuenta con un plan urbanístico que permite su transformación en suelo urbano en el futuro.
Estas diferencias entre suelo urbano y urbanizable tienen implicaciones tanto en el ámbito legal como en el urbanístico. Es importante tener en cuenta que el suelo urbano está sujeto a normativas y regulaciones específicas que condicionan su uso y aprovechamiento, mientras que el suelo urbanizable se encuentra en un proceso de transformación y adaptación a las necesidades urbanísticas del entorno. En este sentido, es fundamental que los planes de ordenación urbana contemplen adecuadamente la clasificación y delimitación de ambos tipos de suelo.
1. Características del suelo urbano
El suelo urbano se caracteriza por estar completamente urbanizado y contar con todos los servicios necesarios para el desarrollo de actividades urbanas. Esto incluye la presencia de redes de abastecimiento de agua, electricidad, alcantarillado, alumbrado público, entre otros. Además, el suelo urbano suele estar destinado a la construcción de edificaciones para usos residenciales, comerciales, industriales o recreativos.
Una de las principales ventajas del suelo urbano es que permite una mayor densidad de población y una mejor planificación de los espacios públicos, lo que contribuye a una mayor calidad de vida para los habitantes de la zona. Además, al estar ya urbanizado, el suelo urbano suele tener un mayor valor económico en comparación con el suelo urbanizable.
2. Características del suelo urbanizable
El suelo urbanizable, por su parte, se encuentra en un proceso de transformación y adaptación para convertirse en suelo urbano en el futuro. Aunque en la actualidad no cuenta con todos los servicios urbanísticos necesarios, está previsto que en un futuro próximo se lleven a cabo las actuaciones necesarias para su urbanización.
Una de las principales características del suelo urbanizable es su elevado potencial de crecimiento y desarrollo, ya que permite la ampliación de la ciudad o el municipio en función de las necesidades de la población. Sin embargo, su transformación en suelo urbano está condicionada por la aprobación de los correspondientes planes de ordenación y la ejecución de las infraestructuras necesarias para su urbanización.
3. Regulación y normativas
En cuanto a la regulación, el suelo urbano está sometido a normativas y planes de ordenación urbanística que establecen las condiciones de edificación, usos permitidos y restricciones en función de la zona en la que se encuentre. Por su parte, el suelo urbanizable está sujeto a la normativa del plan urbanístico que determina las actuaciones necesarias para su transformación en suelo urbano.
Es importante destacar que la clasificación y delimitación del suelo urbano y urbanizable tienen un impacto directo en el desarrollo urbanístico de una determinada área. Por tanto, es fundamental que los organismos competentes en materia de urbanismo lleven a cabo una planificación adecuada que garantice un crecimiento ordenado y sostenible de las ciudades y municipios.
Licenciado en Económicas en la Universidad de Castilla La Mancha, apasionado del Sistema Financiero y especializado en finanzas personales.
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